martes, 24 de octubre de 2023

Detenido en Melilla de nuevo Mustafá Maya, el mayor reclutador yihadista de Europa

 


MELILLA.- La Policía Nacional ha detenido este lunes en una operación contra el terrorismo yihadista a Mustafá Maya Amaya, conocido como 'Talibán', que fue condenado a ocho años de prisión por la Audiencia Nacional por pertenencia a organización terrorista en calidad de líder y promotor en 2018, un año después de juzgarle. 

 La captura ahora de este histórico reclutador salafista de 60 años, nacido en Bélgica de padres españoles, se produce en plena alerta antiterrorista después de que el pasado 17 de octubre el Ministerio del Interior ordenara de forma particular reforzar la protección de legaciones diplomáticas y eventos religiosos ante el aumento de la tensión bélica en Oriente Próximo. 

Además, se da la circunstancia de que Melilla, donde residen 1.200 judíos, es el único punto de la geografía nacional en el que se han producido incidentes antisemitas en los últimos días, cuando un puñado de exaltados provocó altercados la noche del 18 de octubre ante la sinagoga de la ciudad y quemó banderas de Israel.

La detención de Maya Amaya ha sido ordenada por el Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional en el marco de una investigación por adoctrinamiento que se desarrolla desde el año 2021 y continúa bajo secreto de sumario. Ayer se detuvo a otra persona y continuaban las entradas y registros en diversas dependencias. Se prevé que ambos pasen estos días a disposición judicial.

Según la investigación de los servicios antiterroristas, tras su paso por prisión, el cabecilla yihadista, lejos de reformarse había vuelto a dedicarse en los últimos meses al reclutamiento de yihadistas tal y como hizo durante la década pasada.

A través de la plataforma Sharia4Spain, que llegó a tener hasta 400 seguidores, Maya Amaya, desde su silla de ruedas y con la única ayuda de internet, fue uno de los más importantes reclutadores en Europa de Estado Islámico, y para organizaciones terroristas anteriores vinculadas a Al Qaida. 

Los reclutas que Maya captó a través de Sharia4Spain y otras plataformas similares se convirtieron en activistas de a pie, dirigentes, cerebros de atentados, participantes en ejecuciones públicas en zonas en conflicto o en masacres de población civil, así como secuestros de periodistas o personal extranjero dedicado a la ayuda humanitaria. 

De hecho Sharia4Spain estaba también en la génesis del mayor grupo de reclutamiento de yihadistas desmantelado nunca en España, el desarticulado, también en Melilla, el 30 de mayo de 2014 en la denominada operación Javer

 Los seis componentes de aquella célula, que llegó a enviar a 26 terroristas residentes en España a zonas de conflicto, Siria e Irak, principalmente, fueron los últimos administradores conocidos de «Sharia4Spain».

El operativo de este lunes se produce solo días después de que también los servicios antiterroristas de la Policía Nacional desmantelaran la pasada semana una red de enaltecimiento y adoctrinamiento terrorista con la detención de personas en Cubells (Barcelona), otra más en el pueblo granadino de Huétor Tajar y una cuarta, que quedó en libertad tras pasar por la Audiencia Nacional, en Madrid.

Interior acusó a todos ellos «delitos de autoadoctrinamiento con propósito terrorista, adoctrinamiento a terceros y enaltecimiento del terrorismo». Los investigadores habían constatado como estas personas, enlazadas a través de grupos cerrados de redes sociales, habían sufrido un proceso de radicalización.

Según informó el pasado viernes el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, la investigación se inició en el año 2022, cuando los servicios antiterroristas detectaron al denominado Califa, un radical que era el creador y administrador de varios grupos en los que trataba de adoctrinar a jóvenes en el credo yihadista.

El Califa dinamizaba a sus seguidores y creaba grupos privados a los que invitaba a los radicales con los que entablaba mayor confianza y en los que hablaban abiertamente de la causa terrorista.

El seguimiento de estos grupos permitió la identificación de otros miembros del mismo, todos ellos jóvenes, los cuales estaban interconectados entre sí, aunque no se conocían físicamente. Dos de ellos, estrecharon sus lazos y acabaron contrayendo matrimonio, contando para ello con la autorización del líder del grupo y comenzando a convivir en el mismo domicilio.

En diciembre de 2017, durante el juicio contra Maya Amaya –nacido en Bruselas hace 59 años y de ascendencia gitana–, él mismo reconoció haber adoctrinado a jóvenes que incluso estuvieron alojados en su vivienda y posteriormente viajaron a Libia y otras zonas de conflicto para hacer la yihad.

La sentencia de la Audiencia Nacional de 2018 confirmó que había constituido «una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones» y que tenía un campamento de entrenamiento en la ciudad de Melilla para enviar a los combatientes a zonas de conflicto. 

El detenido hoy en la operación de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional se encontraba en libertad porque ya había cumplido su condena. 

En la citada sentencia se expuso que Maya Amaya desarrolló una estrategia a la que él mismo denominó 'la hégira antes de la hégira', haciendo alusión a la huida de Mahoma de La Meca a Medina por medio de la que «centralizaba en la ciudad española de Melilla, en la que residía, la actividad de formación y entrenamiento de los nuevos candidatos» tras la que algunos de los jóvenes a los que formó se asentaron en Libia.

Entre los perfiles de los hasta 28 jóvenes a los que adoctrinó por internet, desde una silla de ruedas, se encontraba entre otros un español que tenía 20 años cuando en 2013 viajó a Turquía y se integró en Estado Islámico por intermediación de Maya Amaya, a quien las fuerzas policiales consideran el mayor reclutador de yihadistas europeo.

 En el juicio, el entonces acusado se definió a sí mismo como un «faro para muchos jóvenes» que querían viajar a Turquía y Siria para después hacer la yihad. Por dicho reconocimiento consiguió una atenuante simple de confesión. Fue condenado a ocho años de prisión en lugar de los 14 que pedía para él la Fiscalía.

La detención de Maya Amaya, que se ha producido en Melilla, ciudad autónoma donde tiene su residencia, ocurre tres días después de de que estallara otro operativo –el primero contra el yihadismo en España después del ataque de Hamás a Israel–en Granada, Barcelona y Madrid. Agentes de la Comisaría General de Información detuvieron a cuatro individuos, todos veinteañeros que vivían con sus familias y están acusados de autoadoctrinamiento con propósito terrorista, adoctrinamiento a terceros y enaltecimiento del terrorismo. 

La operación se precipitó al detectarse una conversación en la que se hablaba de que habían encontrado en la 'deep web' un manual para fabricar el explosivo TATP, conocido como la "madre de Satán".

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