lunes, 29 de agosto de 2022

Los Jesuitas y la Plataforma "Laudatio si" implicados en el timo del cambio climático y en la “conversión ecológica”

 

ELCHE.- Los jesuitas son el mayor ejército de Roma y se les ha encomendado la tarea de presionar para que se lleven a cabo cambios políticos a favor de lo que ahora llaman la “justicia ambiental” que no es otra cosa que limitar más las libertades civiles y crear nuevas leyes e impuestos con la excusa del cambio climático que ya se ha demostrado ser otra estafa. Pero la técnica de hacer creer a la gente que solamente ellos son los culpables de sus desgracias parece que les funciona muy bien, a juicio de Rambla Libre.

En 2015 el actual Papa jesuita se presentó ante la Organización de las Naciones Unidas para vendernos la sostenibilidad junto al ecologismo que van de la mano con la Agenda 2030.

Ahora es su general Superior el Papa Negro jesuita, Arturo Sosa el que invita a todos los jesuitas a presionar y llevar a cabo los cambios sin contar con los gobiernos. Su plan es para los próximos siete años y son siete objetivos los que pretender llevar a cabo en conjunto con la agenda 2030.

El plan es para un mayor control sobre las personas y sus recursos pero como siempre lo llenan de eufemismos como; economía ecológica, estilos de vida sostenibles, educación ecológica o espiritualidad ecológica. Hay que ser hipocritas ademas de que siempre se excusan en los más vulnerables y marginados de la sociedad. De esta manera la Nobleza de Roma se asegura de que la agenda 2030 se vaya llevando a cabo aunque los propios gobiernos no quieran colaborar.

El movimiento ecologista que pretende salvar a la naturaleza siempre ha estado liderado por las familias criminales de la realeza y la nobleza, el mata elefantes del ex rey de España era el presidente honorífico del Fondo Mundial para la Naturaleza conocido popularmente por las siglas WWF.

Wold Wildlife Fund (WWF) nació en 1961 luego de una serie de iniciativas impulsadas por Sir Julian Huxley, biólogo y hermano del autor de “Un mundo feliz”, Aldous Huxley. Sus primeros directores fueron el Príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld (1962-1976), el entonces director de Royal Dutch Shell, John Loudon (1976-1981), y el Príncipe Felipe de Gran Bretaña, Duque de Edinburgo (1981-1996).

El Príncipe Bernardo quien fundó el Grupo Bilderberg en Holanda, círculo de poder que encabezó hasta el año 1975. También fue miembro del Cuerpo de Caballería de las SS durante la Alemania nazi. En la década de los setenta y con la ayuda de un empresario africano llamado Anton Ruper, el príncipe Bernardo creó el Club de los 1001 para financiar las actividades de World Wildlife Fund. 

El poderoso miembro de la familia real invitó a personajes influyentes de todo el mundo para que donaran $10,000 dólares a la organización. En la lista de participantes “confidenciales” se leen los nombres del Barón Edmond de Rothschild, David y Laurence Rockefeller, Henry Ford, Maurice Strong, Peter Munk de Barrick Gold, entre otros.

La lista secreta de miembros incluye un porcentaje desproporcionado de sudafricanos, todos felices en una era de destierro social para ser bienvenidos a una sociedad de élite. Otros contribuyentes incluyen a hombres de negocios con sospechosas conexiones, crimen organizado y desarrollo medioambientalmente destructivo, y políticos africanos corruptos. Incluso un reporte interno llamó a la iniciativa de WWF egocéntrica y neocolonialista”.

 

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