MADRID.-
Los agricultores españoles llevan reclamando desde hace años que se
establezcan las mismas medidas para los productos de dentro de la Unión
Europea como para los que vienen de países terceros.
El trabajador del campo destaca que la Unión Europea exige a los agricultores comunitarios una serie de medidas fitosanitarias por la salud de los consumidores que, sin embargo, no demanda a países terceros.
«Estos se rigen por sus propias normas, por lo que si en esos países están autorizados esos productos, se pueden vender aquí».
Por ello, atendiendo al caso reciente de las
sandías, ven con buenos ojos traer producto extranjero si no hay
suficiente producción en España. No obstante, recalca que los
agricultores españoles se preocupan «por la salud de los consumidores»,
motivo por el que la UE «debería poner las mismas condiciones a los productos que vienen de fuera».
Igualmente, se muestran exhaustos y señalan que los trabajadores del campo están ya «cansados de pelear».
«Llevamos muchos años exigiendo esas cosas y Europa lo que nos dice es
que no pueden ser tan estrictos porque hay que ayudar a esos países, y
es algo que nosotros no entendemos. Queremos tener peso en Bruselas para
que a los españoles nos escuchen, y no que los cuatro o cinco lobbies de países del centro de Europa sean los que dominen la situación agraria», denuncian.
Andrés Góngora, de la ejecutiva de la
Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG),
destaca que la alerta sanitaria de las sandías procedentes de Marruecos
viene a certificar lo que llevan denunciando muchísimos años, que los
productos que vienen de fuera «están producidos en condiciones
diferentes con herramientas fitosanitarias diferentes», motivo por el
cual se ha emitido esta alerta sanitaria.
Desde
COAG se muestran indignados por este acontecimiento y exigen a España, a
Francia y a la UE que se conozca el nombre del importador, no solo la
retirada de la mercancía: «Tiene que instaurarse un régimen sancionador
contundente para aplicar a este tipo de empresas que están inundando
nuestros mercados con productos de muy mala calidad».
Este lunes los medios de comunicación nos hacíamos eco de una alerta
sanitaria que afectaba a un lote de sandías proveniente de Marruecos que
contenía altos niveles de metomilo, un pesticida no autorizado en la Unión Europea (UE).
A pesar de que el sistema de alerta rápida para alimentos y piensos de
Europa (RASFF) emitió la alerta el pasado día 14 de julio, la
organización de consumidores Facua lo difundió esta semana, subrayando
los efectos adversos en la salud que podría suponer la ingesta de las frutas contaminadas.
Este episodio ha reavivado una demanda sostenida de los agricultores españoles.
El metomilo es una sustancia que está erradicada desde hace mucho
tiempo en la agricultura española. Se usa como pesticida y puede tener
consecuencias graves en algunos casos. Los síntomas de intoxicación por
esta sustancia son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sudoración
excesiva, temblores, debilidad muscular y visión borrosa.
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