sábado, 8 de diciembre de 2018

Cómo sustituir fármacos por plantas medicinales / Guillermo Herrera *

No pretendo arruinar a la próspera industria farmacéutica, de la que viven muchas familias, ni mucho menos desautorizar a la noble profesión de los médicos, sino únicamente ofrecer alternativas naturales a los fármacos más conocidos, para problemas leves de salud, ya que las hierbas son menos agresivas para el cuerpo y suelen carecer de efectos secundarios.

Si su problema es grave, olvídese de mis consejos, y siga sólo a su médico al pie de la letra. En cualquier caso, no aconsejo tanto la sustitución de fármacos, sino más bien complementarlos con remedios naturales, porque no son incompatibles.

El problema de la carrera de Medicina es que no se forma bien a los estudiantes en remedios naturales, debido a los intereses de la industria farmacéutica, y si hay médicos naturistas excelentes, es porque se han formado por su cuenta y riesgo después de terminar la carrera. La homeopatía es útil si no tenemos el cuerpo muy intoxicado de alcohol, tabaco, drogas o fármacos, y la acupuntura puede hacer milagros si el acupuntor es muy bueno, porque, a mi juicio, la mayoría no lo es, y puede haber una diferencia de efectos si se equivocan un milímetro en el punto donde deben clavar la aguja.

Cuando Dios creó el mundo, creó también las medicinas naturales en forma de plantas medicinales, y nos dio la misión de cuidar de la naturaleza y de los animales. El problema es que el ser humano no sólo no ha cumplido bien su misión, sino que además ha intentado imitar la perfección de la obra divina, y nunca lo ha conseguido del todo. A esto lo llamo sobre-actuación, como los malos actores de una película que gesticulan demasiado.

Por ejemplo, dicen que la Aspirina la inventó el señor Bayer, pero el ácido acetil salicílico siempre ha estado presente en la corteza del Sauce, y ésta se ha utilizado durante milenios por muchas civilizaciones, con la ventaja de que no es tan agresiva para el estómago como la Aspirina y que además tiene otros componentes naturales que también son útiles. Ésta es la verdadera medicina tradicional, porque la medicina moderna no es tradicional, sino convencional.

Por lo tanto, la agresividad propagandística y legislativa no procede de los herboristas, (mal llamados ‘yerberos’ por sus detractores) que no imponemos nada a nadie, sino de la propia industria farmacéutica que teme perder su negocio, y que se empeña en ocultar la información de las plantas medicinales. Además, dicha industria farmacéutica está presionando a los gobiernos constantemente para que prohíban los remedios naturales, pero no lo conseguirán, porque cada vez tienen más arraigo entre la población, sobre todo en Alemania.

La manera más cómoda de tomar una hierba es en cápsulas o en comprimidos, pero hay que acompañarlas de mucha agua para que se disuelva bien en el estómago. Además no existe tanta incompatibilidad entre las hierbas como entre los fármacos, y se pueden mezclar sin problemas, en la mayoría de los casos, potenciando su efecto por la sinergia de la mezcla.

Para el insomnio, mucha gente se vuelve dependiente de las benzodiacepinas o de otros sedantes más fuertes, y no puede pasar sin ellos. La alternativa es la Melatonina una hormona natural, con una mezcla de Valeriana, Pasiflora y Amapola de California. Esta mezcla se potencia si le añadimos Grifonia, que es una leguminosa africana que ayuda a producir serotonina, un neurotransmisor cerebral, que al mismo tiempo alivia la depresión. También ayuda el Lúpulo de la cerveza, pero sin alcohol.

Para la depresión, el remedio natural más conocido es el Hipérico o Hierba de San Juan. El problema de los fármacos antidepresivos es que son muy adictivos y cuesta mucho trabajo quitarse de ellos. Yo estuve años tomando Paroxetina, y me dormía en cualquier sitio, porque tenía sueño a todas horas. Me costó mucho desengancharme.

Para dar energía y mejorar el estado de ánimo sin necesidad de tomar las porquerías de las drogas adulteradas que venden en las discotecas, están los adaptógenos como el Ginseng, que además alarga la vida, pero también hay otros menos conocidos como el Eleuterococo de Siberia, el Guaraná de Brasil o la Rhodiola Rosea que crece en zonas frías como el Himalaya, mejora el rendimiento físico, reduce la fatiga y ayuda a soportar mejor el frío y el mal de altura.

Para la alergia leve, existen dos alternativas naturales a los antihistamínicos, que también suelen dar mucho sueño. El primero es la Ortiga común, que además es una planta comestible, y el segundo es la Quercetina, un flavonoide procedente de la uva tinta, igual que el Resveratrol, un antioxidante que se utiliza para retrasar el proceso de envejecimiento.

Para el colesterol los médicos suelen recetar estatinas como la Pravastatina, pero hay personas que no la soportamos porque produce efectos secundarios de nerviosismo e insomnio. Los sustitutos más conocidos son la Lecitina de soja y el aceite de pescado Omega 3, pero al grupo sanguíneo cero le va mejor el segundo que el primero. 

Pero hay una tercera alternativa natural menos conocida y quizás más eficaz que se inventó en la Cuba de Fidel Castro con el nombre comercial de PPG. Es el Policosanol, o extracto de cera de la caña de azúcar. Tan bueno que lo utiliza el equipo olímpico de Cuba, y además carece de efectos secundarios.

Para los triglicéridos, los médicos suelen recetar Fenofibrato, pero la alternativa natural es el Gugulón o Gugul en inglés, que es la resina de un árbol de la India que forma parte de su tradición medicinal ayurvédica.

El problema de estos productos es que no todos son fáciles de encontrar, y además pueden ser caros. Yo encuentro los mejores precios a través de la plataforma comercial de eBay, y además, el mercado más competitivo de Europa en calidad, precio y variedad está en el Reino Unido, una de las razones por las que lamento el Brexit. Lo mejor es comprar cantidad de cada uno para que dure meses. Pero los más corrientes, como el Omega 3 o la Valeriana, se pueden encontrar en cualquier supermercado a buen precio.

Este artículo sólo es una muestra, porque la información que tengo sobre el tema es mucho mayor después de años de investigación como Técnico en Dietética y Nutrición. Hasta ahora sólo he aplicado estos conocimientos a mi propio cuerpo, pero ahora los estoy compartiendo por primera vez y lo hago con la satisfacción de poder ser de utilidad. ¡Cuídense! (Look after you).




(*) Periodista

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