lunes, 4 de febrero de 2019

Buda y Jesús tienen mucho en común / Guillermo Herrera *

Durante más de un siglo, distintos autores han señalado numerosos paralelismos entre los puntos de vista cristianos sobre Jesús y otros principios religiosos o míticos.

Entre ellos, los misterios grecorromanos, la mitología del antiguo Egipto, y otras analogías generales en las que se encuentran patrones culturales compartidos de dioses que mueren y resucitan en el contexto del mito de Jesús.

La Cienciología considera a Buda, junto con Jesús, uno de los ‘clear’ o claros, es decir, personas que han logrado alcanzar su máximo estado de nivel de OT o Thetán Operante, es decir, personas que operan en el mundo a través del Espíritu.

Muchas veces los cristianos hablamos de Dios, le hablamos a Dios, hablamos sobre Dios, pero no dejamos que Dios hable en nosotros a través de la Meditación, que es un ejercicio de acogida del Misterio.

INFLUENCIAS
La historia de que Jesús viajó a India y Tíbet, y estudió con budistas e hindúes antes de comenzar su ministerio en Galilea apareció por primera vez en el libro “La vida desconocida de Jesucristo” de Nicolás Notovitch (1894), que fue muy difundido.

Jerry H. Bentley, plantea la posibilidad de que el budismo influenciara el primitivo desarrollo de la cristiandad y sugiere prestar atención a muchos paralelismos referentes a nacimientos, vidas, doctrinas y muertes de Buda y Jesús.

También recuerdo al jesuita López Gay que publicó un libro.

Por su parte Thundy ha hecho un seguimiento de las similitudes entre el relato del parto de Maya, al dar a luz a Buda, y el de María al nacer Jesús, y señaló que existen semejanzas, como el parto virginal.

Por su parte el famoso médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Gustav Jung, cuestionado por algunos, viajó a la India en 1938 invitado por el Gobierno indo-británico, a efectos del jubileo de los veinticinco años de la Universidad de Calcuta. Jung llegó a establecer una comparación entre Buda y Cristo como vencedores del mundo material y libertadores del ser humano.

Buda, a quien Herman Hesse le dedicó la novela ‘Siddharta’, se llamaba Sidarta Gautama y vivió en la India quinientos años antes de Cristo. El siglo sexto antes de Cristo fue pródigo en sabios e iluminados como Tales de Mileto, Lao-Tsé, Confucio así como los profetas judíos Jeremías y Ezequiel.

PUNTOS COMUNES
Buda y Jesús tienen mucho en común. Según reza la tradición, ambos nacieron de una Virgen y ambos hicieron milagros. En el caso de Buda, su madre Maya, habría sido fecundada por un pequeño elefante que se introdujo en su costado izquierdo, mientras que la fecundación fue sobrenatural.

Buda y Jesús no dejaron nada escrito o por lo menos nada que conozcamos por el momento, y formaron a sus discípulos mediante sentencias y parábolas emblemáticas. Ninguno de los dos fundó una religión (la religión la fundaron sus seguidores en ambos casos); ambos propusieron una vía espiritual centrada en el amor, la compasión y la justicia, capaz de conducirnos a lo que más anhela todo ser humano: la felicidad.

El santo cristiano Josafat se basa en la vida del Buda Guatama. Josafat fue incluido en las ediciones anteriores del Martirologio Romano, cuya fiesta se celebra el día 27 de noviembre, aunque no en el Misal Romano, así como en el calendario litúrgico de la Iglesia Ortodoxa Oriental.

BUDA
Siddharta Gautama, más conocido como Buda Gautama, o Sakiamuni, o simplemente el Buda, fue un asceta o ‘sanniasin’ y sabio, en cuyas enseñanzas se fundó el Budismo. Nació en la ya desaparecida república Sakia en las estribaciones del Himalaya. Enseñó principalmente en el noroeste de la India.

Buda Sakiamuni no es un dios ni el único, ni el primer Buda. Esto no sólo fue asegurado por el propio Sidarta Gautama, sino que también la cosmología budista hace esta distinción al afirmar que únicamente los seres humanos pueden lograr el estado de Buda, pues en ellos reside el mayor potencial para la iluminación.

El Buda enseñó el camino medio entre la complacencia sensual y el ascetismo estricto practicado en el movimiento ‘Sramana’ común a esta región de la India. Más adelante enseñaría a lo largo de las regiones del este de esta nación.

Se alegaba que Buda poseía poderes y habilidades sobrenaturales, pero, debido a su entendimiento del accionar de la mente escéptica, respondía de manera negativa cuando le solicitaban un milagrito diciendo "...me disgustan, los rechazo y desprecio".

Los verdaderos Yoguis de la India también rechazan mostrar sus poderes, no sólo por humildad, sino porque consideran que los poderes sobrenaturales nos desvían del verdadero objetivo que es la iluminación y la liberación espiritual.

Obtuvo sus poderes a través de profunda Meditación cuando renunció al mundo y vivió como un asceta. Él realizó milagros solamente para traer el mayor beneficio a los seres pensantes, y aclaró que los mismos no deben ser razón para practicar su camino.

Buda es un nombre honorífico que se aplica a quien ha logrado un completo despertar o iluminación espiritual. Este despertar implica un estado de tranquilidad mental tras transcender el deseo o ansia, la aversión y la confusión. 

En el budismo se relata que Buda Gautama no ha sido el único Buda. El Canon Pāḷi se refiere al Buda Gautama como el número 28º de una larga lista. El próximo Buda aparecerá dentro de cien años y se llamará Buda Maitreya.

JESÚS
Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús o Jesucristo, es la figura central del Cristianismo y es la más influyente de la cultura occidental. Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo primero en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén, en torno al año treinta, bajo el gobierno de Poncio Pilatos.

Jesús se puede categorizar junto a otros fundadores legendarios como Buda, Krishna o Lao-Tse. El Judaísmo niega su divinidad, porque es incompatible con su concepción de Dios, y en el Islam, donde se lo conoce como el Santo Isa, es considerado uno de los profetas más importantes. Yo lo amo con toda mi Alma.

Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo, aunque todos somos hijos de Dios porque fuimos creados por Él. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano.

Se considera a Jesucristo como “el Redentor” por antonomasia, ya que murió en la cruz para salvar a la humanidad de la muerte y abrirle las puertas del Reino de los Cielos, en un sacrificio por amor a la humanidad.

En el prefacio pascual católico se afirma que Cristo "con su muerte venció al pecado y con su Resurrección venció a la muerte", y en el Catecismo de la Iglesia católica se señala que: "La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres".

Por su parte la tradición gnóstica atribuye al mundo un origen maligno o defectuoso. Para el Gnosticismo, el mundo se habría creado por malignos demiurgos que tenían al ser humano encerrado en la existencia terrenal e ignorante de su condición de prisionero. Para otras escuelas, el mundo era el fruto de un fracaso o tragedia creativos. Los que conocían esta Verdad a través de la Gnosis podían intentar escapar de esta trampa.



 (*) Periodista



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