miércoles, 20 de julio de 2022

La traición de los políticos y la reivindicación de la guillotina / Enrique de Diego *

El (ex) presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, ha salido huyendo hacia las Islas Maldivas ante la ira popular. El tal había, entre otras canalladas, prohibido los fertilizantes, según las delirantes teorías del tarado Bill Gates y el Foro Económico Mundial, provocando malas cosechas y una fuerte hambruna.

La cuestión es que desde el dimitido y borracho Boris Johnson hasta el degenerado Justin Trudeau, pasando por Emmanuel Macron, Mark Rute, Ursula von der Leyden, Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijoó, Jacinta Auerden, Scott Morrion, el difunto Shinzo Abe, el demente senil Joe Biden y toda la pléyade de escoria del mundo, siguen consignas, mentirosas y gravemente asesinas, como la de Gotabaya Rajapaksa, de prohibir los fertilizantes para matar a sus ciudadanos y eliminar población.

Todos han seguido a pies juntillas, las groseras mentiras, amplificadas por los medios de prostitución, y especialmente por la cloaca televisiva, de la plandemia del coronavirus: asesinato de ancianos, para justificar la operación de la timo vacunación, que se pretendía obligatoria, con la inoculación a la población de la patógena proteína Spike y que ha diezmado a la población a beneficio de Pfizer, Moderna, AstraZeneca…

Nunca se había visto un genocidio más cruel y lacerante practicado en nombre de la salud de la población; merecen la pena de muerte todos los que lo han impulsado y promovido. La cuestión es como todos los políticos, votados por sus sociedades, han realizado tal operación de exterminio por la que merecen que rueden sus cabezas. Y como siguen las consignas empobreciendo a sus sociedades.

Una explicación es que estos políticos sin moral han sido corrompidos y putrefactos en la escuela ex profeso del Foro Económico Mundial y sus nauseabundas tesis del gran reinicio con la esclavización de los supervivientes. 

Esos líderes podridos cuentan con el control de los medios de prostitución que les hacen la campaña de forma que un payaso como Boris Johnson o un demente sobón como Joe Biden o una ultra corrupta como Ursula von der Leyden son presentados como estadistas, apoyados por todos los colectivos de degenerados.

Es decir, el político que rompe ese consenso diabólico, en el que son lo mismo los conservadores como Feijoó y los socialistas como Sánchez, personajes intercambiables, es siempre un outsider, como Donald Trump o Jair Bolsonaro, que concita las iras del establishment ponzoñosamente periodístico.

Politicastros puteros, corruptos y dementes como Joe Biden se ocultan sus clamorosas vergüenzas y sus vergonzosos lapsus de memoria, mientras el fuego graneado se dedica a los que, heroicamente, ponen en riesgo el sistema corrupto que se vuelve contra la vida de los ciudadanos.

Sin embargo, esta cuestión tan tremenda no explica el seguidismo de las consignas que ha seguido y sigue toda la clase política, especialmente de Occidente. Siendo un joven periodista envié a otro aún más joven periodista como jefe de prensa de un dirigente autonómico. Al poco, aquel jefe de prensa brillante volvió asqueado: el dirigente autonómico repartía cada primeros de mes unos sobres con dinero negro entre su ejecutivo y sus líderes partidarios de forma que así se terminaba con toda disidencia y la derecha dejaba de ser “cainita”.

Es un escándalo mayúsculo la presentación con pruebas fehacientes de la existencia de cuentas corrientes multimillonarias en paraísos fiscales -nombres, bancos y números de cuenta- que implican a toda la cúpula judicial española. No es que se hayan corrompido en el ejercicio de su cargo, sino que para llegar ahí hay que aceptar la suculenta mordida, con lo que son todos lacayos de la Agenda 2030. Lo mismo se ha desvelado de la guinda del pútrido pastel de un preboste del Banco Central Europeo.

Es fácil imaginar que todos esos politicastros, esas mediocridades encumbradas por los medios de prostitución, a los que se les tolera las más bajas perversiones, tienen además cuentas multimillonarias en paraísos fiscales (se de alguno, al que denuncié con mucha claridad y poco éxito). Esa es la forma de mantener la cohesión aborregada y acrítica de esta escoria fulanesca que ha obedecido órdenes en todas las partes del mundo.

Sólo me queda, si estoy en lo cierto, reivindicar la guillotina.

 

(*) Periodista

 

http://ramblalibre.com/2022/07/20/la-traicion-de-los-politicos-y-reivindicacion-de-la-guillotina/

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