MÁLAGA.- La etapa de gobierno de Paulino Plata al frente de la Autoridad Portuaria ha estado marcada por la vuelta del tráfico de contenedores, que por primera vez llegan en tren desde Madrid, y por un auge de los graneles que ha agotado el espacio disponible para uso logístico. Pero también por el impulso a proyectos polémicos, como el de la noria y la torre para un hotel de lujo en el Dique de Levante. Tras el cambio de gobierno en la Junta, en los próximos días cederá el testigo a Carlos Rubio al frente de la institución. Lo entrevista Sur.
–¿En qué situación está el Puerto en estos momentos?
–Está
en un situación muy saneada, hemos tenido unos años positivos, sobre
todo estos tres últimos, que nos han permitido corregir todos los
desequilibrios económicos y de inactividad que tenía en 2013, cuando
llegué. En ese momento estaba en una situación muy delicada, se había
preparado una intervención y hemos conseguido recuperarlo y ahora las
cuentas están saneadas y con un magnífico futuro, aunque el Puerto de
Málaga, por sus circunstancias especiales, tiene una volatilidad
notable. Los tráficos hay que trabajarlos mucho, la competencia entre
puertos es muy reñida, y también se da la circunstancia de que al sur
tenemos un país (Marruecos) que está apostando por la actividad
portuaria, con costos mucho más baratos que los nuestros. Hay que estar
muy encima de la actividad comercial con las empresas que hay en el
'Hinterland' (área de influencia) para mantener los números.
–¿Cuáles cree que han sido los principales hitos de su gestión?
–El
principal ha sido remontar la situación tan adversa que me encontré, de
crisis profunda, en la que casi no podíamos hacer frente a nuestras
obligaciones económicas, y eso se ha revertido. Durante los primeros
años tuvimos un revés que fue la pérdida del tráfico de contenedores,
que representaba una parte importante de los ingresos. Tuvimos que
reorientarlo productivamente y recuperar el tráfico de graneles. Para
eso, había que ser muy cuidadosos en cuanto a las tasas que cobramos al
buque y a la mercancía porque éramos muy caros, y lo pusimos al mismo
nivel de costos de otros puertos. Y convencer a los operadores que nos
habían abandonado para que volvieran. Teníamos una cierta leyenda negra,
que ya se ha superado, y los operadores confían otra vez, no sólo por
el precio sino por la calidad de los servicios que se prestan. Prueba de
ello es que se han construido muchos silos por los que se mueve un
volumen de mercancías muy considerable.
Advierte de que el suelo logístico se ha agotado y propone un
acuerdo con el Ayuntamiento para darle uso industrial a la zona de
pescadería, donde quedan cien mil metros cuadrados.
–¿De qué se siente más orgulloso?
–Le
doy mucha importancia a las relaciones humanas, estoy muy contento de
haber encontrado un equipo de personas muy capaces y solventes, y todos
estos resultados son fruto del trabajo en equipo. También me siento
orgulloso de haber cambiado la imagen del Puerto, que hoy es muy
apreciado por la ciudadanía, una parte de mucho valor de la ciudad. La
consideración de los ciudadanos hacia su puerto está en máximos
históricos. Buena prueba de ello es que más de diez millones de personas
lo visitan cada año, es algo para estar muy orgulloso. El Puerto
muestra fuera el éxito de esa operación de abrirlo a la ciudad, nos
llaman de otros sitios para que les contemos nuestra experiencia, con
sus luces y sus sombras, aunque el nivel de éxito es muy alto. Las
tensiones entre el puerto y las ciudad siempre han sido una constante, y
en este periodo he intentado que la relación fuese amigable,
constructiva y positiva, y creo que se ha conseguido.
–Vamos con algunos de los proyectos que se han impulsado, y empiezo por la torre, ¿cree que saldrá adelante?
–Yo
espero que salga adelante, es una instalación muy importante para el
puerto y para la ciudad. Para el primero, porque la actividad de
cruceros es una apuesta y es la segunda fuente de ingresos, con más del
15%, y es una actividad que beneficia sobre todo a la restauración, el
comercio y la hostelería. Del impacto económico de la actividad de
cruceros, sólo el 10% es para el puerto y el resto para la ciudad. Por
lo tanto, si esa actividad se refuerza será mejor. Lo hemos visto en
otros puertos. Es fundamental para el futuro: hay una circunstancia muy
especial que se da aquí y no en otros, y es que más del 30% de su
superficie está compartida con la ciudad, más de 300.000 metros
cuadrados, de los que una parte importante son viales perimetrales,
desde la glorieta de Antonio Molina hasta la Farola, y que está a
disposición de la ciudadanía. Dentro de la instalación portuaria
tradicional hay una serie de proyectos que son el hotel del dique de
levante, la casa de botes, los muelles uno y dos, Muelle de Heredia y
parte de la plataforma de San Andrés. A esa superficie tenemos que
sacarle el máximo rendimiento económico posible para ser más
competitivos en relación a las tasas, porque si no será más caro y menos
atractivo para las navieras. Hemos llegado a tener los coeficientes
correctores más altos del sistema portuario español, y los hemos ido
bajando, pero necesitamos bajarlos más, y la única manera de hacerlo es
aprovechar la relación del Puerto con la ciudad. Por eso es tan
importante el hotel, la futura zona de oficinas de Muelle de Heredia y
otras, si no, es muy difícil que salgan las cuentas y que seamos
competitivos.
–Uno de los últimos proyectos ha sido el muelle para megayates.
–Es
una actividad en la que hay que poner mucho interés. Los megayates
tienen unas condiciones que hacen muy atractivo el poder dedicar una
dársena para ellos. En el mundo hay más de 700, y a ese nivel las crisis
tienen muy pocos efectos negativos, pagan tasas altas, y hay ejemplos
que ponen de manifiesto que tienen un porvenir extraordinario. En
Baleares la mayor parte de sus ingresos provienen de esta actividad, con
instalaciones dedicadas a la reparación de barcos, con más de mil
proyectos al año, que dan empleo a 3.000 personas y más de 500 millones
de euros de facturación. Es a segunda actividad más importante tras el
turismo. Nosotros tenemos una ciudad y un entorno muy turísticos, en el
paso entre las dos zonas de mayor actividad de megayates, que son el
Mediterráneo y el Caribe, con unas condiciones geoestratégicas y
técnicas para desarrollar esta actividad. Además, tenemos un aeropuerto
internacional de primer nivel, y Puerto Banús está muy cerca. Tiene un
porvenir extraordinario si se sabe manejar adecuadamente.
–La noria ha sido y es un proyecto polémico, ¿qué futuro le ve?
–La
noria puede permanecer pero se tienen que ajustar a lo que marcan las
normas, a la superficie donde pueden ubicarla, en la zona que marca la
Deup (la normativa urbanística portuaria) para ese tipo de usos, y
tienen que llevar a cabo esa adaptación con una solicitud previa lo
antes posible.
–Pasamos al segundo bloque y hablamos ahora del futuro, ¿qué debe ser el Puerto para la ciudad?
–Desde
que se llevó a cabo el Plan Especial hasta finales de 2018, cuando
hicimos la concesión del último suelo disponible, hemos visto que el
Puerto se nos ha quedado pequeño. En tan solo 20 años la mayor operación
para ampliarlo se ha consumido y tenemos que pensar qué queremos hacer
en el futuro, qué queremos ser de mayores. Esa reflexión hay que hacerla
con otras instituciones, como el Ayuntamiento, con todo el
'Hinterland', que atiende a una parte del territorio andaluz y nacional.
Y tiene como elemento central si queremos un puerto potente o si nos
conformamos añadiendo algunas superficies que en poco tiempo serán
insuficientes. Hay que mirar a lo que ocurre con otras grandes ciudades
del Mediterráneo: en Barcelona y Valencia los puertos representan una
parte muy importante de la riqueza y el empleo de esas ciudades y de sus
zonas de influencia, lo que no ocurre aquí. Málaga tiene que valorar si
este es el modelo que le interesa o no. A mi juicio, necesita un puerto
comercial potente para que se pueda desarrollar la economía y
diversificarla. Tenemos una actividad turística y agraria de mucho
nivel, pero necesitamos también un sector industrial, y tiene como pilar
fundamental el puerto. En esta cuestión debe ponerse mucho talento para
llegar a conclusiones. Si no, estaremos siempre cojos de un sector
industrial, que genera empleo estable y mejor retribuido, y que da más
estabilidad a la economía de cara al futuro. Además, hay que reflexionar
con cierta rapidez porque estos proyectos son muy lentos de desarrollar
y habría que tomar decisiones sin alargar mucho los plazos.
Crecimiento
–La
realidad es que el suelo industrial portuario está agotado, es posible
seguir creciendo en el espacio que queda o hay que plantear la expansión
hacia otras zonas?
–Esa
es precisamente la cuestión sobre la que hay que reflexionar. Dentro
del Plan Especial todavía hay cosas que hacer, por ejemplo, en
pescadería, que tiene una superficie adicional de unos cien mil metros
cuadrados, que es imprescindible desarrollar lo antes posible. Este
quizás sea el proyecto más inmediato que tendrá que abordar el nuevo
presidente, cómo incorporar a la zona industrial este muelle de unos 175
metros, creo que es urgente. Pero todo esto son incorporaciones de
pequeña escala en relación con lo que necesita Málaga y su 'Hinterland',
que es un gran puerto industrial, que no es incompatible con que
Algeciras lo tenga.
–Tras su experiencia como presidente, ¿hacia dónde cree que debería ir el Puerto de Málaga?
–El
Puerto tiene que seguir en la dirección de la buena gestión, de buscar
equilibrios que permitan entenderse con el Ayuntamiento y con el
'Hinterland' de influencia. Tiene que atender nuevas actividades
económicas como la de los megayates, que mejoren el reconocimiento
turístico de Málaga, con proyectos de cinco estrellas para elevar la
consideración que tiene, que es muy alta. Es un equilibrio que se tiene
que mantener mediante un diálogo continuado con las instituciones, para
que todo el mundo trate de aportar. Es fundamental que pensemos en la
función industrial del Puerto, que hay que cuidar, al igual que las
relaciones con el norte de África, Marruecos y Tánger particularmente,
porque se pueden derivar cosas muy positivas para ambas ciudades. Espero
y deseo que tenga los mayores éxitos, y que, junto con mi equipo, es a
lo que hemos contribuido humildemente.
«El auditorio en San Andrés es posible, pero antes hace falta más suelo industrial»
A propósito de la disponibilidad de suelo, el alcalde sigue pidiendo el auditorio en San Andrés, que está ocupado por silos de graneles. ¿Qué opina?–Sobre el auditorio siempre he dicho que ese suelo está disponible para realizar esta actividad, otra cosa es cuándo. Si se hace la ampliación de pescadería sería perfectamente posible atender ambas cosas, la necesidad de suelo industrial y la demanda municipal. Pero eso debe ir de la mano, y permite conciliar el interés del Ayuntamiento por esa infraestructura cultural y el del Puerto por tener una superficie industrial para atender a la demanda. Este año vamos a tener un incremento espectacular en la importación de vehículos y ya no tenemos suelo.
–Liberar ese suelo que ahora es industrial para un uso ciudadano cuando vemos que hay esas carencias no parece muy lógico.
–Es cuestión de acomodarlo en el tiempo, esa superficie ahora está ocupada y habría que buscar suelo fuera del Puerto para ubicar esas instalaciones. Eso es un reto para los nuevos gestores.
–¿Qué va a ocurrir con los desarrollos que no se han podido hacer, como Muelle de Heredia y el puerto deportivo de San Andrés?
–Espero que se puedan generar propuestas. En relación al puerto deportivo de San Andrés, después de la iniciativa que estamos desarrollando en la dársena de Guadiaro para megayates, creo que a continuación habrá que sacarlo a concurso. Lo que pasa es que está muy condicionado por el auditorio, habrá que ver de qué manera se independizan ambos para que una cosa no limite a la otra. Las previsiones que teníamos y espero que se mantengan eran sacar durante la segunda parte de este año el puerto deportivo a concurso, porque hay interés de los inversores.
En Muelle de Heredia no hay ninguna propuesta concreta sobre la mesa. Vino una que pretendía desarrollar unas instalaciones comerciales pero el Plan Especial prevé que tiene que ser para oficinas y para eso todavía no hay ninguna propuesta. Pero en el futuro lo habrá porque Málaga está en primera línea del interés de los inversores.
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