sábado, 26 de enero de 2019

La Guardia Civil cree que el tapón sobre el niño se formó por desprendimientos durante la caída

MÁLAGA.- La Guardia Civil quiere esclarecer, a petición del Juzgado de Instrucción nº 9 de Málaga, "todos y cada uno de los detalles" que posibilitaron la muerte de Julen al precipitarse por el pozo ilegal de Totalán el pasado 13 de enero. La juez María Elena Sancho ha abierto diligencias y ha encargado una serie de actuaciones a los agentes de la Benemérita que se encuentran ya averiguando las circunstancias del "trágico suceso" como lo definió el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska. El ex presidente de la Audiencia Nacional renunció a denominarlo accidente para no calificar jurídicamente unos hechos que están en fase de investigación, según El Mundo.

La Guardia Civil quiere aclarar cuanto antes uno de los puntos más enigmáticos y que más especulaciones ha generado del caso: la formación de un tapón de tierra a los 71 metros de profundidad de la prospección que bloqueó el rescate del niño de dos años y que obligó a la construcción de un túnel vertical en paralelo al pozo para acceder a su cuerpo. 
Para ello, ha tomado muestras de la tierra del tapón para analizar su composición aunque mantienen como principal hipótesis que se formó como consecuencia del desprendimiento de tierra de las paredes "imperfectas y arenosas" del pozo. 
Un desprendimiento provocado por la caída del niño y los posteriores intentos de su padre y de otros familiares por socorrer a Julen, que todo apunta a que murió en el acto como consecuencia de varios politraumatismos.
"Cuando se cayó el niño allí se acercaron varios familiares para intentar sacarlo. De esos movimientos se pudo desprender más tierra y al ser un pozo de 25 centímetros de diámetro pues con muy poquita tierra desprendida de las paredes del pozo se podía formar ese tapón. Al haber humedad dentro de la prospección, la tierra se compactó tan fuerte que hizo imposible que la máquina succionadora pudiese eliminarlo", comenta un agente. 
La Benemérita encontró encima del tapón del pozo una cámara Go Pro, una piqueta y una linterna que son objetos que se usaron para tratar de salvar a Julen el primer día. La Guardia Civil aún se encuentra examinando las características de ese material del tapón para determinar su procedencia y confían en cerrar las especulaciones con testimonios de expertos como Juan López Escobar, delegado en Málaga del Colegio de Minas. 
Este especialista afirmó que no se explicaba cómo se podía haber formado ese tapón y dejó caer que parte de su material no procedía del interior de la prospección. "Todas esas personas que están diciendo eso no han estado dentro del pozo ni han tenido acceso a analizar el tapón", aclaran desde la Guardia Civil que trata de determinar también el grosor del tapón.
Fuentes próximas al operativo de rescate explican que el niño fue encontrado de pie a 71 metros de profundidad cubierto de tierra y justo debajo de ese tapón que se encontraba también en esa cota, por lo que el tapón mediría menos de un metro. "Apenas unos centímetros", apuntan.
Los intentos del equipo de rescate por sortear ese tapón antes de ver la posibilidad de hacer un túnel vertical en paralelo a la fatídica prospección fueron múltiples. Se pidió a una conocida petrolera la máquina succionadora más potente del mercado en suelo español, pero los intentos fueron en vano.
 Esta máquina sólo tenía capacidad de absorber materiales sólidos y el problema es que el tapón de tierra estaba húmedo porque se habían registrado precipitaciones en los días previos a la caída de Julen. 
"Había una máquina succionadora fuera de España, pero su traslado a nuestro país iba a demorar mucho los plazos. Teníamos la posibilidad de meter una máquina de vacío que hubiese acabado con ese tapón sin problemas, pero pensábamos que podía ponerse en riesgo la vida de Julen. Los trabajos fueron muy complicados por la estrechez del pozo y por la profundidad de 71 metros", explica un investigador.
Al conocerse que la máquina succionadora no podía absorber ese tapón húmedo, se intentó sin éxito quitar ese tapón con cacerolas del tamaño de "una cucharilla", como aseguran fuentes de la Guardia Civil.
La Benemérita tiene claro que el niño llegó hasta los 71 metros de profundidad donde fue encontrado "en caída libre" por la posición de los brazos del pequeño hacia arriba. Debajo de él había un relleno de tierra que los investigadores tratan de determinar cómo se pudo formar. 
Barajan tres teorías: que se originó como consecuencia del desprendimiento de arena de las paredes del pozo que provocó el pocero cuando sacó los tubos con broca que usó para hacer el agujero; que se formó con los escombros que podrían haber depositado allí los responsables de las obras ilegales que se hicieron en los días previos al suceso; o, por último, que el pocero realmente había hecho un pozo menos profundo y no de 111 metros como aseguró a la Guardia Civil. 
"Ellos cobran por metros y es habitual que digan que hacen pozos más profundos para cobrar más sabiendo que nadie lo comprueba después", explica un agente.
La Guardia Civil ya ha acreditado en un informe del Seprona que tanto el pozo como las obras que se realizaron a posteriori y que posibilitaron que se moviese la piedra que había usado el pocero para tapar el orificio fueron ilegales al carecer de los permisos de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Totalán. 
La prospección se realizó el 18 de diciembre y en los días previos a la caída de Julen se realizaron en la zona unas obras. Los responsables de las obras, por petición del dueño de la parcela y allegado a los padres de Julen, rebajaron la montaña ganándole terreno, hicieron una explanada para una futura casa y una zanja donde se preveía la construcción de un muro de contención que protegiese a la vivienda de posibles desprendimientos. 
En esa zanja, a escasos metros del pozo, es donde se encontraba Julen sentado comiendo gusanitos segundos antes de caerse por el pozo tal y como pudo demostrar la foto a la que accedió El Mundo.La Guardia Civil ya ha tomado declaración tanto al pocero como al propietario de la finca, que se han dedicado a echarse la culpa mutuamente sobre la ausencia de permisos. Los agentes también han localizado a los artífices de las obras ilegales y se encuentran analizando todas las negligencias que han podido cometer todos y cada uno de los implicados en este caso.

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