domingo, 27 de enero de 2019

Los restos de Julen ya reposan junto a los de su hermano Oliver


MÁLAGA.- Julen, el niño de dos años cuyo cadáver ha sido rescatado la madrugada de este sábado en el pozo al que cayó el 13 de enero en Totalán, ha sido enterrado entre llantos hoy a las 13.30 en el cementerio de la barriada malagueña de El Palo. Sus restos ya reposan, junto a los de su hermano Oliver, justo en el nicho superior.

Además de familia, amigos y vecinos, los padres del pequeño han estado acompañados por un gran número de coronas y ramos de flores blancas, hasta medio centenar, que cubrieron el féretro del niño, cuya muerte ha causado conmoción en el barrio donde residía con sus padres.
Previamente se celebró un acto religioso a las 12:30 horas por el párroco Rafael Vivancos. Y cientos de personas han acudido a acompañar a la familia para dar el último adiós al pequeño. En el momento en que los operarios de Parcemasa sacaron el féretro para dirigirse al camposanto, los asistentes tributaron un aplauso de dolor.
La gente les acompañó con ese aplauso y en procesión, tras llantos, besos y abrazos de los vecinos a las puertas del tanatorio donde se habían congregado cientos de personas para despedir a Julen. Un pasillo fue abierto por Protección Civil para que la familia pudiese salir.
«Hoy todos somos familiares», ha dicho un vecino de El Palo.
"Nos hemos quedado toda la noche aquí. Ha sido muy duro. Pero estamos muy agradecidos a todos nuestros vecinos de El Palo. Nos han cuidado todas estas horas. Es increíble la buena gente que hay aquí", manifestó una prima de la madre de Julen.
José Roselló y Victoria García, padres del pequeño, otros familiares, amigos, vecinos y autoridades han acompañado el féretro de Julen desde el tanatorio -donde se ofició un responso en la intimidad- hasta un cementerio de estrechas calles.
Un amplio equipo de psicólogos ha estado presente en todo momento para acompañar a la familia de Julen en el dolor.   
Cuando José y Victoria, destrozados por la pérdida de su pequeño y tras dos semanas de angustia y dolor, abandonaron el cementerio camino de su cercana vivienda, los asistentes al sepelio les tributaron otra cerrada ovación.
Y es que la explanada exterior del tanatorio de el barrio pesquero de Málaga donde se celebraba esta mañana el funeral de Julen se ha quedado hoy pequeña. Centenares de personas se han acercado a esas instalaciones para arropar a los padres del niño, José y Victoria, que prácticamente no se han movido de ese lugar desde que les fuera entregado, a las cuatro y media de la tarde de ayer, el cuerpo de su hijo.
En ese tanatorio se respiraba esta mañana una calma tensa (familiares y amigos del pequeño han estado muy pendientes de los movimientos de los periodistas) y se ha hecho evidente un un incremento de presencia policial.
A la docena de agentes de la Policia Local de Málaga destinados ayer a ese servicio, esta mañana se han sumado al menos dos furgonetas de la Policía Nacional.
Los agentes de ese Cuerpo permanecen en el interior de los vehículos en la misma puerta del tanatorio, mientras que la prensa ha sido ubicada en una área alejada, al otro lado de la calle que da acceso a esas instalaciones.
El entorno de Julen ya sería plenamente consciente de que una vez enterrado el cadáver del niño (hasta ahora la prioridad era su rescate) se va a acelerar la investigación para aclarar las muchas incógnitas aún no resueltas en este caso.
A media tarde de ayer ya se vivieron en este tanatorio momentos de violencia y tensión por parte de familiares de los padres de Julen.
El ministro del Interior, Grande Marlaska ha dicho que no hay elementos 'contrastados' para resolver el caso de Julen.
El féretro con los restos mortales de Julen había llegado el sábado a las cuatro de la tarde al cementerio de El Palo procedente del Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde se le había practicado la autopsia.
Tras unos días en los que la actividad en el pueblo de Totalán ha sido frenética, en el municipio malagueño apenas quedan ya periodistas. Casi todos se han desplazado hoy a las puertas del tanatorio, que está justo al lado del cementerio donde enterraron a Julen.
En el Cerro de la Corona de Totalán tampoco quedan apenas excavadoras y demás maquinaria.
Ahora bien, mantienen acordonada la zona alrededor del pozo y los técnicos que permanecen en el lugar no dejan entrar a nadie porque todavía se debe analizar e investigar bien el terreno para saber cómo Julen acabó dentro del pozo.

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